CAPÍTULOS
Preludio: en el inicio, fue la piedra
Las primeras escrituras fueron inscripciones en templos, edificios y monumentos de piedra, narraban pasajes mitológicos, hazañas de los grandes héroes y los gobernantes. En pilonos, estelas y obeliscos, se conmemoraban temas religiosos, funerarios o jurídicos; con signos y símbolos del culto solar.

Claudia Raya

I. Un libro que se enrollaba
En la Antigüedad, los primeros soportes de la escritura dan inicio a la aventura del libro, estos fueron tablillas de madera, hueso y cobre, pero principalmente de arcilla con escritura cuneiforme. Después apareció el rollo egipcio hecho de papiro y escrito mediante jeroglíficos; los griegos adoptaron este formato y lo llamaron volumen. Es el rollo griego al que debe considerarse un libro como tal, ya que fue el primero de amplia difusión en el mundo occidental.

Yazmín David
II. Un libro cuadrado, lleno de color
En la Edad Media surge el códice, un libro cuadrado integrado por cuadernos de pergamino y protegido con tapas; este nuevo libro se reprodujo manualmente y a veces era bellamente ornamentado con orlas vegetales y miniaturas. Los monasterios se convirtieron en importantes centros de escritura y los copistas en excelentes calígrafos y decoradores. El códice tuvo tal éxito que su formato y confección perduran hasta nuestros días; fue además el formato que antecedió al libro moderno.

Erick Alba
III. Una máquina, para hacer libros
En la primera mitad del siglo XV nace el libro impreso, reproducido mecánicamente gracias al invento de Johannes Gutenberg: la imprenta, que integraba un perfeccionado sistema de letras de metal individuales al que se conoce como tipografía móvil, una prensa de frutas adaptada, una nueva tinta de receta secreta y la utilización fundamental del papel de trapo que sustituyó al pergamino; gracias a estos factores su éxito fue contundente y surge la cultura impresa que cambió para siempre la difusión y distribución del conocimiento en el mundo.

Claudia Raya
Epílogo: la Enciclopedia
En el siglo XVIII apareció la Enciclopedia, una creación francesa que compiló el saber universal con gran espíritu científico en artículos sintéticos y accesibles al público general, ordenados alfabéticamente. En sus tomos se incluía láminas explicativas del mundo natural y artificial, que mostraban los inventos, las máquinas y los artefactos de la época, las imágenes de la industria, las ciencias y las artes. Fue la primera gran obra editorial al servicio de la cultura moderna.

Raúl E. González